jueves, 24 de mayo de 2012

Ricos y extraños (Rich and Strange, 1931)



Mucho antes de que Alexander Trauner lo hiciera en El Apartamento (The Apartment, 1960), Alfred Hitchcock filmó el espacio claustrofóbico en el que se fraguaba cada día el fracaso vital del oficinista, del hombre encajado en la cuadrícula de una sucesión interminable formada por filas y columnas de mesas y sillas, ocupadas por personas que se afanan en que encajen las cuentas de la empresa. El plano de la oficina que abre esta película anticipa esa pérdida, ese ataque instituido de la empresa, que surte el sustento en forma remunerada al trabajador y cercena, desgasta, aniquila sistemáticamente, cualquier forma evolucionada del amor. 

Champagne (Champagne, 1928)


La rubia malcriada y millonaria tentada por la vida alegre fascinaba a Hitchcock, que volvió a filmar su arquetipo en Atrapa a un ladrón (Tocatch a Thief, 1955). Al igual que Ricos y extraños, los amantes de Champagne, Betty (Betty Balfour) y Jean (Jean Bradin), que huyen de la ciudad, se extravían entre los extraños a bordo de un crucero, que alcanzan tras ser rescatados en alta mar, donde han amerizado en un aeroplano. 

El Ring (The Ring, 1927)


Decidido a explorar hasta el último rincón de las relaciones conflictivas de los triángulos amorosos, Hitchcock se embarca en un nuevo proyecto con guión suyo y de Eliot Stannard. El resultado fue para su creador muy satisfactorio, pues llegó a decir que después de El enemigo de las rubias que El Ring era la segunda película que más se adaptaba al estilo de Hitchcock.

domingo, 20 de mayo de 2012

El águila de la montaña (The Mountain Eagle, 1926)



La desidia humana ha dado al traste con esta película anglogermana, que se estrenó en Estados Unidos con el título de Fear O'God, el nombre del ermitaño protagonista. El guión, escrito por Max Ferner y Eliot Stannard (quien colaborará con Hitchcock en la escritura de sus filmes hasta The Manxman en 1929) plantea por primera vez el tema del falso culpable: la justicia detiene en un pueblo de Kentucky a un eremita inocente (O'God, malcolm Keen) que ha acogido en su casa a una profesora, Beatriz, interpretada por Nita Naldi, con la que se ha casado para protegerla de un acosador cuyo resentimiento hacia la pareja le mueve a desear su destrucción.

Pánico en la escena (Stage fright,1950)



La película suma crimen, misterio, intriga y thriller. Se apoya en un elenco exclusivamente británico, con las únicas excepciones de Jane Wyman, recién galardonada con el Oscar por su papel en “Belinda”, y la siempre llamativa Marlene Dietrich. La obra fue recibida con polémica, hoy prácticamente superada, como consecuencia de basar el desarrollo de la intriga en una mentira o, más propiamente, en una interpretación errónea de unos hechos. El relato de los mismos contiene elementos de exageración y de tergiversación bastante obvios, como la gran mancha de sangre del vestido o los dos cuadros de la sala de estar que cuentan la supuesta historia con imágenes de angustía y cierta abstracción.

Vértigo (1958)




Tras ver Vértigo con una mirada más profunda, es imposible dejar de cuestionarse los supuestos logros argumentales de los trhillers psicológicos actuales. Películas que nos maravillan con sus inesperados giros de guión, donde nada acaba siendo lo que parece y donde el personaje principal sucumbe ante una crisis mental que le está alejando de una realidad que sólo el espectador cree conocer. Hace más de cuarenta y cinco años Hitchcock cocinaba con ese material, y es en Vértigo donde se reta a sí mismo para hacer una de sus películas más personales y autobiográficas desde el punto de vista de sus obsesiones, miedos y fantasmas.

domingo, 13 de mayo de 2012

Topaz (Topaz, 1969)


 Catalogada por el propio Hitchcock como una película experimental este film está considerado uno de sus mayores fracasos. Costó cuatro millones de euros y sólo recaudó un millón de dólares. Quizás su anticomunismo para unos demasiado suave y para otros demasiado duro afectó a su mala acogida. No hay que olvidar que en los 60 en Occidente había muchos seguidores de Fidel Castro y sus barbudos.