La película suma
crimen, misterio, intriga y thriller. Se apoya en un elenco exclusivamente
británico, con las únicas excepciones de Jane Wyman, recién galardonada con el
Oscar por su papel en “Belinda”, y la siempre llamativa Marlene Dietrich. La
obra fue recibida con polémica, hoy prácticamente superada, como consecuencia
de basar el desarrollo de la intriga en una mentira o, más propiamente, en una
interpretación errónea de unos hechos. El relato de los mismos contiene
elementos de exageración y de tergiversación bastante obvios, como la gran mancha de sangre del vestido o los dos cuadros de la sala de estar que cuentan la supuesta historia con imágenes de angustía y cierta abstracción.
La historia se
desarrolla a buen ritmo, los diálogos son fluidos y la puesta en escena es
excelente. Los personajes se presentan bien definidos, en especial los de Eva,
Jonathan, Charlotte, Wilfred Smith, comodoro Gill (padre de Eva) y otros.
Por último hay que destacar un humor basado en la ironía, sutilezas,
malentendidos, confusiones, excentricidades, suplantaciones de identidad y
algunas burlas, como las que dedica a la hipocresía, la estupidez y la
locuacidad excesiva. En definitiva una película más de Hitchcock que se salva de la crítica y entra en la cesta de las cintas altamente recomendables del maestro del suspense.
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